
Vënkman demuestra una vez más que no es una banda que juegue a medias tintas. Desde su debut en 2020 con el EP ¿Hay alguien ahí?, el cuarteto mallorquín ha navegado entre la urgencia del rock alternativo y la introspección lírica, como si The Cure y Second se hubieran encontrado en un bar de Palma para discutir sobre el sentido de la vida. Ahora, con Cambio Cromático (Flor y Nata Records), Teo Marín y compañía no solo afinan su sonido, sino que se sumergen en un viaje emocional tan crudo como catártico.
El título no es casual. Este disco es una metamorfosis auditiva, un recorrido desde la insatisfacción hasta la redención, pasando por la nostalgia y la autodestrucción. Y sí, suena a terapia de grupo con amplificadores, pero funciona.
En este nuevo trabajo nos proponen un viaje en nueve canciones que nos transportan de la oscuridad a la luz (o algo así). Y es que Cambio Cromático no es un álbum para escuchar en fragmentos. Es una narrativa en cuatro actos: vacío, nostalgia, confrontación y renacimiento, que exige ser vivida en orden.
«De qué me quejo» abre el disco con una mezcla de rabia y resignación, una guitarra que araña y una letra que suena a monólogo interior a las 3 AM. Si el indie-rock puede ser un grito ahogado, este tema lo demuestra.
«Antros» es el punto de inflexión: batería implacable y una letra que reivindica esos espacios en los que socializamos los que en años pretéritos fuimos jóvenes. Un recuerdo a esos locales grabados en nuestra historia que poco a poco van desapareciendo de nuestras ciudades. Un tema con suficiente garra como para justificar su lugar en cualquier setlist de gira fácilmente coreable en un festival.
«¿Tú no lo crees?», el cierre, es la luz al final del túnel: un himno esperanzador sin caer en lo cursi, con una melodía que se te queda pegada como el último verso de una conversación importante.
La producción (Mono Boost Studio) es impecable, ni demasiado pulida ni descaradamente lo-fi, dejando espacio para que cada instrumento respire. Las guitarras de Marcos Luzón oscilan entre lo atmosférico y lo cortante, mientras la sección rítmica (Tom MiGa en bajo, Xisco Argüelles en batería) mantiene la tensión justa de un disco que no pretende reinventar rock alternativo, pero sí lo ejecuta con honestidad y suficiente potencia como para que merezca la pena ser escuchado.
Porque Vënkman no está aquí para repetir fórmulas. En un panorama indie-rock a veces demasiado cómodo, este disco arriesga: habla de fracaso, de arrepentimiento, de la necesidad de cambiar sin garantías de éxito. Y lo hace sin pretensiones, con canciones que podrían sonar igual de bien en un club pequeño que en un festival.
Si Cambio Cromático ya suena contundente en tus auriculares, imagínalo en directo. Guitarras que retumban, baterías que sacuden y letras que golpean aún más fuerte cuando se cantan en carne y hueso. Vënkman llevará su viaje emocional a los escenarios en tres citas clave: 6 de junio en el Club Mutante (Palma), 20 de junio en la Sala Maravillas (Madrid) y 27 de septiembre en el Cranc Festival (Menorca). Será la oportunidad perfecta para ver cómo estas canciones crudas, nostálgicas y redentoras cobran vida frente al público. ¿Vas a perdértelo?
Publicado por:
Director de Mallorca Music Magazine, ejerciendo de fotógrafo, editor y redactor.
Apasionado de la buena música y las artes escénicas.
Fotógrafo especializado en fotografía musical y de conciertos.


























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